Ven a mi. Viaja conmigo.

Hoy toca, es absolutamente necesario. Tú no sabrás de qué va. Ni tan siquiera lo sabré yo. Pero es inevitable que surjan estas palabras de igual manera que no se podrá evitar el hecho de que paséis por encima de ellas.

No te preocupes. Es solo una cháchara inútil, pura verborrea sin sentido. Creo. Porque a veces solo quieres ir avanzando, sin destino e ir llenando líneas, quizá para paliar un dolor, para reflexionar, para intentar ver más allá de lo obvio.

Claro que tampoco quieres que quede muy del palo, muy pedante. Quieres expresar entendido como la simple fuerza de comunicar y trasmitir. Pero ¡PAM! Ya ha quedado pedante del todo. Vuelve a la casilla de salida.

Lo más seguro es que no llegues a esta línea, tranquilo que te entiendo. Ni yo podría, ¡pero que coñazo! Diría con tono de Diva y haría scroll hacia abajo. Y es que se ve demasiado el plumero a actualización de relleno.

Emisor, receptor, canal…todo eso claro y cristalino pero ni idea del mensaje. Quizás hay tanto que quiero deciros(te) o quizá es que no hay nada que decirte(os). ¿Bits basura? ¿Caracteres inútiles? Malgastando tiempo…

Enhorabuena si has terminado a la par que yo, ahora descansa. Descansa del viaje a través de ondas de pensamiento del bloggero que se dirige a ti. Todo lo que has visto no existe, es solo producto de mi imaginación.