jueves, febrero 25, 2010

Una pequeña chispa de vitalidad

Cuando menos lo esperas, cuando lo anodino es la norma y reina la absoluta rutina es cuando mayores sorpresas da la vida. Hoy estoy vivo, la sangre fluye al ritmo de un corazón latiendo y me siento con fuerzas de devorar el mundo. Por una situación tan tonta, por algo tan banal como un examen hoy he alcanzado una vitalidad y una energía que no creía poseer.

Los antecedentes son sencillos. Una asignatura difícil. El examen, el ultimo dia de la semana a ultima hora. Ayer mismo dando los ultimos retazos de la materia. Dudas. Demasiados procedimientos. Demasiados problemas y demasiados nervios.

A la tensión del examen se le añade que el tiempo corre en mi contra y provocaba que cada vez estuviese más nervioso. El pulso me tiembla mientras casi aporreo las teclas de la calculadora. Momentos de pánico, de “no tengo ni idea de que venia después” y de agobio máximo. Pero sigo adelante, se acaba el tiempo oficial pero nos dan el de descuento por el retraso del profesor a la hora de entregar los exámenes y pese a ese extra a mi se me agota el tiempo porque ya debería de estar de camino al tren. Estoy por dejarlo, me duele la cabeza, me queda poco pero muy lioso. Decido terminarlo y que sea lo que dios quiera. El corazón a mil.

Acabo el examen. Comienza mi tiempo Crank. Y es que como en la película de Jason Statham me lanzo como un loco a correr por el instituto. Me quedan 15 minutos para llegar al tren. Estoy a 20 de la estación. Llego a la bici. Candado fuera y a correr.

Y aunque no me he dado cuenta en ese momento es entonces cuando llega la chispa y me siento vivo. Mientras pedaleo a toda hostia, mientras decido lanzarme como un loco a correr en vez de resignarme a esperar hora y pico al siguiente tren. Ahí me siento vivo.

La tensión de toda una semana de espera y estudio estalla y me da el impulso para seguir. Mientras esquivo gente, mientras no me doy cuenta de que aunque digo que no puedo más sigo adelante sin parar, incluso gritando un ¡VENGA, VAMOS! (a unos peatones que estaban parados en mitad de la vía) demasiado alto y enérgico según lo que se acepta como comportamiento social normal, mientras pedaleo sin parar estoy vivo. El corazón bombeando, adrenalina en las venas.

Queda un minuto de esos 15 que tenia y llego a la estación, y suspiro. Y rió mientras me ahogo por el esfuerzo y la gente me mira como si acabase de aparecerse un bárbaro salvaje de los tiempos de Conan el Cimerio. Estoy sudado, despeinado y con cara de loco. Y rió.

Llega el tren, y ahí estoy para cogerlo. Y ahora si, me doy cuenta de lo maravilloso que ha sido poseer esa chispa de vida, tan aparentemente pequeña e insignificante pero hermosa y tan llena de fuerza.

viernes, febrero 19, 2010

Retazos y reflexiones.

Hoy podría hablaros de mi nula inspiración a la hora de bloggear, podría quejarme de la poca seriedad que hay en mi instituto este curso, podría nombrar a algunos críticos de estar por casa o poner a parir a alguien. También podría empezar a reírme de todos aquellos conocidos y antiguos compañeros de clase que se partían al verme pasar por la calle con 20 kilos de más y que ahora bajan la mirada cuando me los cruzo y son ellos los que han caído en la degradación. También os podría hacer referencia a una serie de personas que decían aquello de “lo suyo no va a durar más de dos telediarios” o “es que no pegan ni con cola, estos no durarán nada juntos”. Buenos nenes, ya son 5 años.

Pero es eso, hoy celebro muchas cosas y no soy el que era. Soy mejor aún y por eso voy a dejar a todos esos pobres diablos sin vida tranquilos, que se revuelvan en sus agujeros, a mi plim. Yo voy a vivir, como quiero, lo que quiero. Y es que hablar es gratuito y tener un ego que no se ajusta a la realidad también. Por eso y por más cosas buen viento y barca nueva que se diría en Cataluña.

No os preguntéis cuál es el mensaje, no lo hay. Como muchas reflexiones colgadas en miles de blogs solo son fragmentos de pensamientos. Ni siquiera son fragmentos de la vida en si ya que para eso se debería contar con la visión de todos los presentes en eso que se cuenta. Lo que pasa es que algunos somos conscientes de esa visión sesgada y otros caen en el ombligismo. Allá ellos.

Empero si hay algún mensaje que dar hoy sería el de aprender a vivir en paz con uno mismo y saber cuando hacer oídos sordos y cuando plantearse una renovación y luchar por ser mejor. Y como este es mi blog y es mi pensamiento que le den por culo al ego, a la pretensión. Yo soy mejor. Yo me lo he ganado. He cambiado, he evolucionado como persona. Ahora os miraré por encima del hombro.

Al que no le guste que haga como yo y coja la puerta, abandone este barco. Porque me he cansado de escuchar lindezas de gente que ni me va ni me viene y por lo tanto no voy a pedir un trato distinto.

Y todo este chorreo y eso que estoy de buen humor. Venga queridos lectores que aunque todos los días pueden ser grandes y maravillosos, hoy si es el Gran Día.

¡Hasta la próxima!